jueves, octubre 3, 2024
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Curso de estudio de los fundamentos de la sabiduría de la Cabalá

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Nosotros cumplimos la ley de recepción por motivación natural. Y como vemos, la gente está dispuesta a invertir horas y horas en su prosperidad personal. Si no cumpliéramos la ley de recepción, inmediatamente sentiríamos el daño que esto causa. Por ejemplo, una persona que deja de trabajar, se hallará rápidamente en una escasez económica que le obligará a hacerse cargo de su vida.

La vida misma nos obliga a cumplir la ley de recepción. El problema principal es que no somos estrictos con la ley de otorgar. No tenemos ningún deseo ni motivación fuertes para invertir y preocuparnos por la prosperidad social, porque el castigo por el incumplimiento de esta ley, no es visible a nuestros ojos.

El deseo de recibir, nuestra naturaleza, nos oculta el deseo de otorgar. Por el contrario, nos parece que si logramos evitar darle a la sociedad, saldríamos ganando. De todas las leyes de la naturaleza, la ley del otorgamiento es la que está oculta para nosotros.

La necesidad de ocultarnos la ley de otorgamiento la estudiamos en la unidad anterior, y la ampliaremos en esta unidad de estudio.

Brevemente podemos decir que, a diferencia del resto de las leyes de la naturaleza, no solo que debemos cumplir la ley de otorgamiento al estar obligados, sino también con el fin de asemejarnos al Creador, ser realmente como Él.

Es posible asemejarse a la ley de otorgamiento solo con un deseo independiente; y el deseo independiente de otorgar, puede despertarse en nosotros solamente estando en una realidad donde la necesidad de otorgar esté oculta ante nosotros.

De una manera o de otra, ignorar la ley no nos exime de castigo. “Y por lo tanto”, conforme a lo escrito por Baal HaSulam con su lenguaje cortante, “La humanidad es freída en el fuego de una terrible cacerola, y la destrucción y el hambre no se han detenido hasta ahora”.

La causa de todo el mal en el mundo es que no cumplimos la ley de otorgamiento en relación a la sociedad. Así de simple. Esta es también la causa de la contradicción entre el bien y el mal, sobre la que ampliamos en el comienzo de la lección.

De todo lo dicho hasta ahora, queda claro también el deber del trabajo del Creador, o en otras palabras, observar la ley de otorgamiento.

Si aprendemos a otorgar, nos ahorraremos todo el sufrimiento y las aflicciones, y con eso, no sólo ordenaremos la relación entre nosotros, en nuestro mundo, sino que también alcanzaremos el mundo espiritual.

Una de las fuerzas que obran sobre nosotros para descubrir, y finalmente también para cumplir, la ley de otorgamiento, es la globalización. Este tema lo ampliaremos en la próxima parte de la lección.

¿Cuál es la Conexión?

Mohamed Bouazizi, un joven tunecino, graduado en ciencias de la computación, se ganaba la vida vendiendo frutas en un puesto ilegal en uno de los mercados de Túnez.

Un día, en el mes de diciembre de 2010, el gobierno cerró el puesto de Bouazizi. Como respuesta, este se prendió fuego hasta morir, y con su muerte, se encendió una ola de disturbios en todo Túnez, que condujo finalmente al derrocamiento del gobierno.

La caída del gobierno tunecino provocó una reacción en cadena en otras naciones árabes. En Yemen, en Bahréin, en Egipto, en Siria y en Libia, se iniciaron insurrecciones contra el gobierno. Como resultado de la falta de estabilidad política en las naciones árabes, saltaron los valores del petróleo. Como consecuencia del incremento del precio del mismo, se produjo un considerable aumento de los productos básicos y un fuerte golpe a la situación económica de millones de personas en todo el mundo. El aumento de  los precios, fue “la gota que rebasó el vaso” para miles de jóvenes españoles, que abandonaron sus casas como protesta e inspirados por la serie de rebeliones del mundo árabe, se trasladaron a vivir en tiendas de campaña en las plazas de las ciudades principales, a lo largo de España.

La bola de nieve que comenzó a rodar en el puesto de frutas en Túnez, pasó por los países árabes, aceleró su galope en las plazas de España, y probablemente siguió y seguirá pasando en otras estaciones hasta que lean estas líneas, este es solo un ejemplo de los muchos que existen en el mundo global en el cual vivimos. El fortalecimiento de los lazos culturales y económicos entre las naciones, entre las empresas y entre las personas, se va haciendo tan  notable a principios del siglo XXI, que a veces pareciera, que es realmente posible escuchar el murmullo de miles de vínculos tejidos.

Los sociólogos que estudian el fenómeno de la globalización, señalan al desarrollo tecnológico, económico y político, como las principales razones   de su expansión.

La sabiduría de la Cabalá, indica una razón totalmente diferente. Según la misma, las conexiones, que se van multiplicando entre las naciones y las personas en todo el mundo, no se forman, sino que ya existen. Simplemente, ahora se revelan.

Los cabalistas escriben, que el mundo es en su esencia global e integral, es decir, que funciona como un solo cuerpo en el que todos los órganos están relacionados entre sí a través de conexiones próximas y estrechas de relaciones recíprocas.

Hasta ahora descubrimos estas conexiones en los niveles inanimado, vegetal y animado. El desequilibrio entre las diferentes partes en estos niveles, conduce a graves resultados. El ejemplo más prominente es el calentamiento global.

En la actualidad, comienzan a revelarse conexiones similares también en el nivel humano, como una etapa de desarrollo predecible en el proceso de corrección del deseo.

Como lo explica la sabiduría de la Cabalá, el descubrimiento de las conexiones integrales y globales, que nos conectan como sociedad humana, es de hecho el descubrimiento de las leyes de la naturaleza. La globalización es la expresión externa de todas las leyes que describimos en la parte anterior de la lección, de la imperiosidad de vivir una  vida social y la necesidad de recibir y dar a la sociedad.

Como dijimos, en todo lo concerniente a la necesidad de recibir no tenemos problema alguno. Cada uno de nosotros sabe tomar lo que necesita. El problema es que no sabemos dar, y en el mundo global, el descubrimiento de las conexiones mutuas entre nosotros, sólo agudiza el problema.

El mejor ejemplo, es la gran crisis financiera mundial del 2008. Las estrechas conexiones mutuas entre las economías, por un lado, y las cuentas egoístas de los economistas por el otro, derrumbaron la economía mundial como una torre de naipes.

La vida en la aldea mundial global enfatiza dos importantes discernimientos paralelos: por un lado, se va haciendo muy claro que todos (en el mundo entero) dependemos unos de los otros. Por otro lado, como consecuencia del crecimiento del ego, resulta, que no nos soportarnos unos a otros.

Estas dos fuerzas contrapuestas, que se van revelando con mayor intensidad, enfatizan cada vez más la necesidad de un método por medio del cual podamos poner en funcionamiento, de forma correcta, la red de comunicación entre nosotros. Nosotros ya nos hallamos en esa red, conectados unos a otros, pero debido a que cada uno se preocupa por su propio bienestar, percibimos las relaciones entre nosotros en forma negativa.

Si hasta el día de hoy pudimos permitirnos menospreciar la ley de otorgamiento y desarrollarnos sólo bajo la ley de recepción, en el mundo integral, en el que todos somos parte de un solo cuerpo y dependemos unos de otros, no es posible continuar haciéndolo.

En el pasado, el daño producido en una zona determinada quedaba limitado a esa zona, mientras que hoy en día, cada problema puede desatar una reacción de cadena en todo el mundo. Nos hemos convertido en interdependientes, nos volvimos un sistema integral.

No tenemos alternativa. La naturaleza es más fuerte que nosotros. Está compuesta de tal manera que no podemos escapar de ella. No nos queda otra opción más que obedecer a la ley de otorgamiento.

Todas las crisis mundiales que la humanidad experimenta crisis en la educación, en la economía, en el consumo excesivo que conduce a la explotación de recursos naturales sin control alguno desaparecerán, sólo si acatamos regularmente las leyes de la naturaleza, si aprendemos cómo combinar juntas la ley de recepción y la de otorgamiento.

FIN

Seguimos juntos en el esfuerzo…

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