Pocos mexicanos en la élite.
Emociones Compartidas: Carlos López Gutiérrez de Velasco.
Cada vez son menos los mexicanos que compiten en el máximo torneo de clubes, arrancó este martes la nueva edición de la Champions y sólo tres de los nuestros están disputando el gran certamen de las noches mágicas europeas.
La pintura completa del fútbol del viejo continente suma otros cuatro jugadores nacionales que están presentes en la Europa League: Orbelín Pineda y Rodolfo Pizarro, con el AEK de Atenas; Edson Álvarez, en las filas del West Ham United; y Andrés Guardado; que está en sus últimos turnos al bat con el Real Betis.
Gerardo Arteaga afronta la UEFA Conference League, el tercer escalón de las competencias europeas. Entonces son de siete a ocho mexicanos que estaremos viendo esta temporada en los torneos internacionales de clubes UEFA, digo de siete a ocho porque la regularidad de Pizarro con el Águila Bicéfala no existe.
Todo se muestra en una clara evidencia de lo que en los últimos años se ha criticado de las estructuras del fútbol mexicano: la fuerte decadencia en la producción y desarrollo de jugadores, porque principalmente eso, y muy poco de otra cosa, es lo que dio como resultado la peor actuación de México en el pasado reciente de las Copas del Mundo y la crisis que se vivió en torno a todos los equipos de selecciones nacionales.
No se ve cómo esto pueda cambiar a la brevedad; los equipos de la liga venden el producto nacional en una tasa muy alta, exportan muy tarde o repatrian a la primera posible, y nos estamos acostumbrando a que los jugadores de selección mexicana que militan en equipos competitivos de Europa sean la excepción, cuando en el fútbol de hoy deberían ser, de no ser posible la norma, al menos la mayoría.
Preocupa, sí, porque no estamos tan lejos como parece del Mundial 2026, que se juega entre comillas en casa y si el objetivo es, como lo había planteado la Federación Mexicana, terminar entre los ocho mejores, la única forma de competir es contar con elementos desarrollados y con horas vuelo en el nivel más alto de exigencia. Por el contrario, parece que se acerca otro papelón y ahora en frente de los nuestros.
La FMF se cansó de decir que las cosas van a cambiar, con el plan de reestructuración y los nuevos objetivos rumbo a 2026 querían pintar un nuevo escenario en cuanto a exportación de futbolistas, pero de las palabras a los hechos, como escribí en aquella ocasión, existe un paso muy grande que las estructuras mexicanas jamás se han atrevido a dar.
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