Por: Manuel Lucio/Retratista
Mi encuentro con Adriana fue una gran oportunidad para poder charlar sobre la problemática actual en cuanto a la educación, que parte en un alto porcentaje de la familia y más directamente de los padres, así como la formación como seres responsables, honestos y comprometidos con la sociedad en donde se encuentran. Con arrojo, decisión, conocimiento y liderazgo, una gran responsabilidad y vocación de servicio a los demás, caracterizan a esta gran mujer que solo predica con el ejemplo. Adriana Reyes Núñez, viniendo de una familia, siendo hija de padres que han librado los obstáculos y vicisitudes normales de la vida en matrimonio, contando así con 63 años de casados, es un verdadero ejemplo que nos habla de la enorme responsabilidad que tiene los padres en heredar una educación basada en principios espirituales y virtudes propias del ser humano…
Adriana tiene 53 años y nació en la Ciudad de México en el año de 1970 en la colonia Lindavista: “Viví ahí durante 30 años, vengo de una familia de siete hermanos, en donde somos cinco mujeres y dos hombres, soy gemela, y mi hermana y yo somos las más chicas; tengo 13 sobrinos maravillosos y orgullosamente puedo decir que todavía tengo a mis padres. Me gustan las artes como la pintura, la fotografía, la danza folklórica, la música, al igual que los deportes. Soy amante de la naturaleza y me encantan los perritos. Mi pasatiempo favorito es armar rompecabezas. Estudié en el colegio Guadalupe la primaria, secundaria y preparatoria, mis estudios superiores los realicé en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM) Campus Estado de México, dónde estudié la carrera en Mercadotecnia. A los 30 años me fui a vivir a Guadalajara, Jalisco; donde estudié la Maestría en Desarrollo Humano en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y actualmente estudio la Maestría en Inteligencia Emocional Aplicada al ámbito educativo en el Tech Education, Rights & Technologies, S.L. He trabajado durante 27 años para la educación en la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI), donde he sido docente durante 23 años en la ciudad de Guadalajara Jalisco, aquí fui directora del CBTis 38 durante 8 años, el trabajar con los jóvenes me ha ayudado a conocer historias de vidas muy difíciles pero también maravillosas, he aprendido que son seres humanos muy vulnerables con una sensibilidad admirable, que pueden llegar a ser seres humanos extraordinarios simplemente brindándoles amor, confianza, y escucha activa. Me han enseñado a ver la vida más sencilla, a valorar la individualidad de cada ser humano, a no juzgara a las personas por su apariencia ni por su nivel económico, a ver una oportunidad de tras de cada problema o situación difícil que se presenta en la vida, etc. Esto me ha llevado a trabajar en asociaciones civiles como ANSPAC para jóvenes, en el cual se promueven los valores cívicos que deben ser observados y transmitidos a las nuevas generaciones como la responsabilidad, honestidad, valentía, justicia, respeto, tolerancia, amor a la patria, cariño y cuidado a nuestros mayores. La experiencia de trabajar con jóvenes es prodigiosa, por lo cual debemos cuidarlos, amarlos y educarlos, poniendo límites y estar al pendiente de sus cambios emocionales, sobre todo, teniendo una escucha activa ya que ellos son los que pueden hacer de este mundo un mundo mejor”.
