Desde hacía mucho tiempo no había vivido una emoción tan grande como la que sentí al ver desde los primeros minutos “Wonka”, la cual puedo decir que me brindó muchísimo más de lo que esperaba, y gracias a ello se ha convertido en un clásico instantáneo.
Si bien la primera entrega de 1971 protagonizada por Gene Wilder y la versión de 2005 con Johnny Depp permanecen en el corazón del público, Timothée Chalamet viene a demostrarnos que era la mejor opción para protagonizar los inicios del personaje basado en el libro infantil más emblemático de Roald Dahl y uno de los más vendidos de todos los tiempos, y aquí se cuenta la historia de cómo el mayor inventor, mago y chocolatero del mundo se convirtió en el querido Willy Wonka que conocemos hoy en día, centrándose en su lado más íntimo, sentimental y humano, y en cómo conoció al primer Oompa-Loompa y un grupo de aliados que lo ayudarán a vencer la envidia que existe a su alrededor.
Cabe aclarar que esta es una fantasía musical que permitirá acompañarlo en ese viaje al que se embarca con la misión de difundir alegría a través de sus invenciones, que rápidamente se convierten en un fenómeno y llamará la atención del “Cartel del Chocolate”. La historia de Wonka estará también marcada por la memoria de su madre, la misión que busca cumplir y por su amistad con una joven huérfana, Noodle, a la que conocerá después de haber caído en las garras de una mujer y un hombre que no tienen las mejores intenciones hacia él.
Y lo que necesito expresar, sobre esta mágica aventura, es que se trata de una película enormemente emotiva, divertida y de inicio a fin estarás con una sonrisa en el rostro, a un grado de que por completo se te olvidarán todos tus problemas, porque sin lugar a dudas este éxito es gracias al encanto de Timothée, quien es adorablemente perfecto como protagonista, pero también vendrán junto a él los personajes interpretados por Calah Lane, Hugh Grant, Olivia Colman, Rowan Atkinson y el resto del elenco que es inolvidable, haciendo gala de las canciones pegajosas y las coreografías bellamente retratadas en pantalla, sin dejar de lado la espectacularidad de los efectos especiales de alta calidad y la explosión de color.