Todos, absolutamente todos en nuestra vida tenemos nuestro propio fabricante de lágrimas, aquella persona que logra hacer que lloremos, al ser causante de destrozarnos o hacernos felices, alguien que puede representar también nuestro dolor, protección, ilusión, una desesperada pasión, pero que principalmente es para nosotros nuestro hogar, nuestra compañía, lo que en realidad necesitamos para poder existir, es decir, amor.
Tenemos ante nosotros un drama romántico juvenil para el que no estábamos listos, que lejos de ser meloso y tener todos los clichés típicos de este género, es en realidad algo que nos permite creer nuevamente en ese sentimiento intenso, lleno de sinsabores, donde una mirada puede ser esa mano que te acompañará en los momentos oscuros, de soledad o en los que te sientas desamparado, un amor que nació de una infancia fracturada y corrompida por la maldad adulta, entre el orden, respeto y obediencia, como parte de una fábula que no pintaba para ser fantástica; Nica y Rigel tenían una felicidad distinta, sentimientos que llevaron a entender que todo existe dentro del corazón.
Al referirme a esto es hablar de “Fabricante de lágrimas” la película de Netflix que llega desde Italia y que está basada en el bestseller homónimo de la escritora italiana Erin Doom. Nica creció en un orfanato, allí se contaban leyendas como la del fabricante de lágrimas, un misterioso artesano culpable de haber forjado todos los miedos y las angustias que habitan en los corazones del ser humano. Ahora Nica ya tiene edad para dejar atrás esos cuentos de infancia y vivir lo que para ella es un sueño hecho realidad: ser adoptada.
Una familia adoptiva la acogerá a ella, y también a Rigel, aquel chico que gusta de tocar el piano que podría considerársele como el consentido de la directora de aquel sitio, una mujer despiadada que goza de hacer de la permanencia de estos chicos desamparados el peor de sus días, en los que no deben creer en los sentimientos y mucho menos en la esperanza de una vida mejor. Aunque ambos comparten un pasado común, la convivencia parece imposible. ¿Es atracción lo que sienten? ¿Y por qué Rigel parece ocultar algo oscuro en su ser?
Cuando la leyenda vuelve a aparecer en sus vidas, el fabricante de lágrimas se convertirá en algo muy real, en ese ángel de protección para una chica que desea dar un cambio radical, alzar la voz y comenzar a vivir después de la tragedia como un destello de luz en su alma atormentada, con la esperanza que nunca se le permitió…
Caterina Ferioli y Biondo excelentes en la química que proyectan como protagonistas, el ambiente de lluvia, los tonos grises, los tracks musicales ideales, en especial la canción de Billie Eilish, sumado a los personajes secundarios que son una fusión entre la ternura, la necesidad y la crueldad, ideales para dar forma a la narrativa de la historia, hacen de esta cinta algo muy especial.