La soledad es el golpe más duro por el que pasan las personas, y esto viene debido a encontrarnos alejados de nuestra familia o seres queridos por nuestro trabajo o por situaciones del destino que nos llevan a permanecer en esa condición por un determinado tiempo.

Ha llegado a Netflix una película basada en la aclamada novela de Lily Brooks-Dalton, “Good Morning, Midnight”, una historia postapocalíptica que sigue a Augustine (George Clooney), un científico solitario en el Ártico que trata de contactar con una nave espacial que intenta regresar a la Tierra. Augustine trata de impedir que Sully (Felicity Jones) y sus compañeros astronautas regresen a su hogar, donde se ha producido una misteriosa catástrofe global.

Esta película tiene por característica el encontrarse dirigida y protagonizada por George Clooney, de quien su interpretación puede resultar distinta a lo que normalmente hemos visto en su filmografía de galán, optando por un personaje al que lo invade la tristeza y no le permite del todo sentirse en paz dentro de su actualidad; si bien Felicity Jones es de las mejores actrices de su generación, mención especial se lleva el mexicano Demián Bichir, quien tiene una importante participación dentro de la cinta, el único detalle es que todo este molde se siente lento en su trama.

Pero, qué ocurre en general con la película, se siente desangelada, carente de sentimiento y desde el inicio no nos sentimos atraídos por los personajes y sus historias, de la que cada uno cuenta la suya pero no logra despertar en nosotros interés. La producción es bien lograda, pero no existen momentos de tensión, tenemos una serie de flashbacks que no aportan y una conclusión tenue que no llega a un clímax importante.