A veces el dolor nos supera, al momento de experimentarlo no llegamos a medir las consecuencias que esto pueda traer, pero ahí es donde existe una delgada línea entre saber si lo que estamos pensando hacer es bueno o malo, si en realidad ese acto nos permitirá encontrar la paz que tanto deseamos o si solo desencadenará una mayor cantidad de problemas hacia terceras personas que nada deben en esta situación complicada en donde existe una pérdida atroz y lo único que deseamos es venganza gracias a que las leyes no del todo están de nuestro lado.

En una fría noche cerrada de invierno, en mitad de una carretera despoblada, un furgón policial blindado es asaltado durante un traslado de presos. Alguien busca a alguien de su interior. Martín, el policía conductor del furgón, consigue atrincherarse dentro del cubículo blindado con los reclusos. Obligado a entenderse con sus enemigos naturales, Martín tratará de sobrevivir y cumplir con su deber en una larga noche de pesadilla en el que se pondrán a prueba incluso sus principios.

De eso va “Bajocero” cinta española dirigida por Lluís Quílez que se encuentra disponible en Netflix y que goza de un notable manejo de tensión y suspenso durante poco más de hora y media, ocurriendo todo prácticamente dentro de un vehículo que más adelante sufrirá un accidente y pondrá en tono de angustia hasta el más débil de corazón (muy bien lograda la escena en el río congelado).
La cinta cuenta con solventes interpretaciones que vienen de la mano de policías y ladrones, con sus historias detrás de lo que los hace notar como buenas o malas personas, algunos encarcelados de forma injusta, mientras que otros pagando por el mal que hicieron.

Experimentamos el dolor de un hombre que busca justicia para su hija, del acto atroz de un joven al que no le importó quitarle la vida y de un policía que pretende hacer cumplir la ley de forma correcta, hasta el tiempo en que la maldad sale a relucir y su paciencia se ha terminado.