Siento orgullo, por ser quién soy. Porque me he hecho fuerte diariamente, que a pesar de las críticas y malos tratos, sigo de pie.
Siento orgullo, porque trato de trabajar en mis defectos y errores, porque sé, que no soy tan perfecto.
Siento orgullo, en tratar de esforzarme en mis actividades y trabajos diarios, porque yo sé que puedo lograrlo, y me doy ánimos para no sentirme triste y deprimirme. Porque, reconozco que puedo hacer realidad mis sueños.
Siento orgullo, porque me he alejado de personas, que ya no son importantes y amadas por mí, ya que les noté su desinterés, falta de amor y cariño, pero sobre todo, falta de apoyo y comunicación.
Siento orgullo, por tener conocimiento e inteligencia en lo que hago, porque gracias a ello, sé que soy creativo, y puedo alcanzar el éxito, aparte de que, puedo hacer cosas, que logren mejorar el mundo.
Siento orgullo, de tener un cuerpo saludable y hermoso, porque me ha cuidado de golpes y caídas duras, me ha protegido de enfermedades, y, me ha ayudado a buscar mi verdadera identidad como persona, para aceptarla, amarla, y respetarla.
Siento orgullo, de tener amor propio, aún en días y momentos difíciles. Porque reconozco que, nadie más que yo, debe darse cariño, decirse o dedicarse palabras bonitas, aconsejarse y animarse cuando hay tristeza, para vencer la negatividad y el suicidio, incluso, de enorgullecerse de sus más grandes logros y recompensas, a pesar de que a muchas personas, no les importe.
Siento orgullo, por los esfuerzos y luchas que estoy haciendo a diario, con el fin de tratar de independizarme, construir una mejor versión de mí para ser feliz, además de poder hacer lo que me gusta y apasiona, para poder conseguir, lo que más deseo en la vida.
Siento algo de orgullo de mi pasado, porque, aunque no fue muy bonito, aprendí a defenderme, y a identificar quiénes me quieren y aman, además de reconocer y aceptar, que yo también tengo voz y opinión, las cuales deben de ser escuchadas, y respetadas.
Por: Diana Díaz Cervantes
Síguenos en Twitter @ElDictamen