Por: Alejandra Contreras Casso López
El extraordinario crecimiento que han experimentado las economías de países desarrollados, así como las de países emergentes, obedecen no solo al aumento de la población mundial y a la satisfacción de la demanda de su consumo, sino también a un notable incremento del gasto per cápita que ha desequilibrado aún más el binomio consumo-demanda, propiciando una situación macroeconómica compleja e inestable y con repercusiones a largo plazo en el tejido industrial y social.
Por otra parte, la progresiva escasez de recursos, con el consiguiente incremento de los precios de las materias primas y la energía, ha generado un escenario de competitividad en el que los países emergentes y los poseedores de recursos naturales condicionan el crecimiento y la competitividad del resto.
La energía como recurso natural estratégico
En este escenario crítico, la energía se erige como el recurso natural más estratégico, cuyas implicaciones económicas y ambientales influyen de forma determinante en las expectativas de crecimiento de cualquier economía, sobre la calidad de vida de las personas y la sociedad que forman parte directa o indirecta de esta, y sobre el medioambiente con efectos directos sobre el cambio climático.
Los escenarios de producción de petróleo para México muestran un incremento en la producción de crudo. La Secretaria de Energía (SENER) en su informe “Perspectiva de petróleo crudo y petrolíferos 2017-2031” [01], estima que la producción de barriles de petróleo en México alcanzará los 2.4 millones de barriles diarios en 2024, aumentándose también la inversión en la administración y gestión de yacimientos. En general, se prevé un incremento de 3 millones de barriles de petróleo para 2032 en los escenarios más optimistas.
Te puede interesar:
Lizeth Álvarez Vera, una mujer resiliente frente a la adversidad
Puerto de Veracruz consolidó su desarrollo con nueva administración
Al mismo tiempo, en el contexto internacional la importancia del desarrollo sostenible se ve impulsado por distintas iniciativas o acuerdos internacionales como la Agenda 2030 o el Acuerdo de Paris, donde México, al igual que el resto de los países firmantes, busca desligar el desarrollo económico y social de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) mediante objetivos de reducción de emisiones cada vez más restrictivos con el fin de posibilitar un cambio de modelo a nivel global hacia una economía baja en carbono.
Es por ello por lo que, en diciembre de 2020, el Gobierno de México presentó ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), versión actualizada 2020. Ello en concordancia con la Ley General de Cambio Climático (LGCC) y de conformidad con las decisiones 1/CMA.2 y 1/CP.21 y el Artículo 4 del Acuerdo de París. En esta NDC se identifica el potencial de mitigación de sectores clave como son “generación de electricidad” y “petróleo y gas”.
Plan de sostenibilidad del puerto de Alvarado
Con el fin de alinear la política económica estratégica con los objetivos que México se ha comprometido a alcanzar, surge el plan de sostenibilidad para el Puerto de Alvarado como parte fundamental del Plan Estratégico y de Negocios del “Puerto de Servicios Industria Costa Afuera (PSICA) API-Alvarado” (Puerto de Alvarado).
Por un lado, el puerto sostenible busca dar servicio a la industria costa afuera, como un elemento logístico-estratégico en la cadena de negocios de las empresas del sector petróleo y energía. Tal y como señala el Plan Veracruzano de Desarrollo (2019-2024) [02] desde finales de 2017 ya se proyecta la creación de un puerto dedicado a la industria de petróleo y gas en Alvarado como motor de desarrollo del Istmo de Tehuantepec y de la Zona Económica Especial.
Por otro lado, y con el fin de facilitar la transición energética en el país y ayudar a alcanzar los objetivos de sostenibilidad comprometidos, el puerto de Alvarado será diseñado de forma sostenible, estableciendo unas pautas sostenibles y un balance energético renovable en los consumos ‘propios’ de la infraestructura, de tal forma que la actividad propia del Puerto estará descarbonizada, independientemente del carácter fósil que posea el ‘producto’ en tránsito.
De esta forma el Puerto no contribuirá a incrementar la huella ecológica de la mercancía en tránsito, lo cual, facilitará la diversificación y la competitividad de esta infraestructura compleja dando cumplimiento a su enfoque estratégico de consolidarse como un Puerto Cero Emisiones netas.
Síguenos en Twitter @ElDictamen.
O si lo prefieres, en Facebook /ElDictamen.
Y también en Instagram: @ElDictamen
Más noticias AQUÍ.