La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ) cruza información con sus pares en el estado de Guerrero, donde según las primeras versiones dadas por el pequeño Antony “N”, menor de apenas cuatro años rescatado de una situación de cautiverio en la delegación Gustavo A. Madero.
Sin embargo, un menor —que dijo sentía lastima por el— denunció el punto exacto donde se encontraba, pues los policías ya estaban por retirarse del número 61 de la calle Cabo Catoche cuando el niño los interceptó; “¿ya se van, ya buscaron bien?”, les dijo a los Policías de Investigación mientras con su mano derecha señalaba el lugar donde estaba Antony; un cuarto en el sótano de la vivienda.
Al fondo se encontraba el menor amarrado de pies y manos con una cadena y con cinta adhesiva en la boca; cuando vio a los policías empezó a llorar. Los uniformados de inmediato lo taparon, lo abrazaron y lo llevaron al hospital donde dicen, no dejó de llorar hasta que se cansó y durmió por ocho horas seguidas.
Quienes tomaron el caso dieron a conocer que Antony está por cumplir siete años; su avanzado estado de desnutrición lo hacía ver como de cinco, aunado a un retraso en el habla, lo que complicó que se comunicara correctamente con los uniformados.
El examen médico reveló que el menor presenta por lo menos 20 laceraciones provocadas por la tortura a la que era sometido.
“Lo que tenemos hasta este momento es que Antony “N” estaba con los tíos, que son los dos adultos imputados; al parecer el menor pudo haber sido regresado de Estados Unidos, no tenemos muy claro eso; tenemos que esperar a que la embajada nos precise si es cierto que efectivamente él tiene esa nacionalidad”, explicó.