Las terapias de reversión homosexual (también conocidas como terapias de conversión sexual) buscan por medio de diferentes tipos de tratamientos, incluida la psicoterapia, reducir o acabar por completo con la atracción por las personas del mismo sexo.
Para lograr inhibir los deseos de los pacientes por personas de su mismo sexo los “expertos” a cargo de las conversiones sexuales utilizan diversos tipos de prácticas que van desde la terapia de aversión, el psicoanálisis y oraciones.
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En la actualidad, se puede decir que casi la totalidad de las asociaciones psiquiátricas consideran dañinas e ineficaces las terapias de conversión, pues advierten que los pacientes pueden llegar a sufrir depresión y manifestar tendencias suicidas.
Una investigación recogida por el New York Times nombrada “Psychologists Reject Gay Therapy” concluye que no existe evidencia sólida sobre la posibilidad real de que un cambio de orientación sexual forzado pueda suceder.