Desde hace varios años, la mujer ha tenido un gran interés por tomar participación en el ámbito deportivo.
Esto actualmente se ha generalizado en todo el mundo, y gracias a esto se han dado logros importantes en diferentes disciplinas en nuestro país.
A pesar de que en nuestro país no se ha tomado conciencia de la importancia que esto representa; ya que las mujeres deportistas de nuestro país se han lanzado a la ardua tarea de prepararse por iniciativa propia y con sus propios recursos.
Que les han redituado la obtención de valiosos reconocimientos representando a nuestro país, poniendo de manifiesto que las mujeres están preparadas en todos los aspectos, llámese físico, técnico y psicológico para poder competir tanto a nivel nacional como internacional.
Existen dos niveles de participación femenina en los deportes: las mujeres profesionales que han luchado por su acceso a las competencias nacionales e internacionales y que en general han ingresado a determinadas especialidades, como la gimnasia o la natación.
La lucha de la Mujer en el deporte mexicano
Pero hay áreas en donde las mujeres han enfrentado grandes resistencias y prejuicios como en el atletismo, el boxeo, o el fútbol, basquetbol, hasta que mostraron que no existe deporte al que ellas no puedan acceder y desempeñar un buen papel.
El segundo nivel de participación, es el que se refiere a las mujeres no son profesionales del deporte, pero que debieran asumir la actividad física como un bien en sí mismo al que se puede acceder para mejorar la calidad de vida.
Desde tiempos muy remotos hasta nuestros días, en el deporte convencional o adaptado, las mujeres han tenido constantes obstáculos para desarrollarse, situación que ha cambiado poco a poco gracias a su empuje y a que han roto esquemas para adentrarse en prácticas que usualmente se reservaban a hombres.
Las mujeres mexicanas han tenido presencia en los Juegos Olímpicos, aunque en contadas ocasiones, han subido al podio.
Las primeras en colocar a la mujer en el medallero mexicano fueron en 1968 la esgrimista Pilar Roldán, con plata en florete, y la nadadora María Teresa Ramírez, bronce en 800 metros libre.
En esta edición, por primera vez una mujer encendió el pebetero olímpico, la atleta Enriqueta Basilio.
Pero la lucha empezó cuando las primeras mexicanas compitieron en los Juegos Olímpicos de los Ángeles 1932: la lanzadora de jabalina María Uribe Jasso y la esgrimista Eugenia Escudero.
Desde entonces la participación de las mujeres ha sido en aumento, luchando en entrar a deportes, no “óptimo” para las mujeres.
Abriendo nuevos horizontes en los deportes, con mucha valentía, amor y pasión a su plan de vida y poderlo lograr, con el fin de alcanzar su sueño.
Por último, es importante que entre mujeres nos apoyemos y se creen espacios seguros, donde estén libres de cualquier crítica y juicios.
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