La cantante Janis Joplin es conocida por tener un carácter fuerte y ser una mujer que inspira respeto y temor. Ella se rehusó a conformarse con los estereotipos del género que habían sido dictados por su madre a fin que se comportara como una “chica normal”.
El sentido de auto determinación por la equidad no cambió con el paso del
tiempo, ni tampoco a la hora de poner a algunas estrellas en su lugar, como lo
fue el caso de Jim Morrison, vocalista de The Doors, quien recibió un botellazo en la cabeza.
Cuando Joplin y Morrison se conocieron, eran dos de las más grandes figuras musicales en el mundo. El productor, Paul Rothschild pensó que ambos estaban hechos el uno para el otro, por lo que los invitó a una fiesta en su mansión de Los Ángeles; les sugirió llegar sobrios para que pudieran recordar haberse conocido la mañana siguiente.
Ambos músicos llegaron sobrios a la fiesta, incluso se sabe que tuvieron una
cierta conexión; Morrison estaba maravillado por el espíritu libre de Janis.
Después de algunas copas, sin embargo, la noche comenzó a descender. Rothschild recuerda a Morrison particularmente, actuando como “un cretino, un borracho desagradable” y cayendo en viejos hábitos como ser incómodo y violento. Como podríamos imaginar, eso cambió la opinión de Janis mientras que el productor se ofreció a llevarla a casa para zafarla de Morrison.
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Mientras Joplin abandonaba el lugar, Morrison habría continuado con sus avances hacia la cantante, volviéndose cada vez menos bienvenido. De acuerdo a varios testigos, en el momento que Joplin se acercaba a un auto para huir, Morrison la jaló del cabello para continuar con sus insinuaciones.
La reacción de Janis no se hizo esperar, tomó una botella de licor y golpeó a Morrison en la cabeza, llevándolo al piso, mientras escapó de la fiesta.
De una manera extraña, Morrison se comenzó a obsesionar cada vez más con Joplin, sin embargo, ella se negó a limar asperezas con el vocalista de The Doors y se mantuvieron enemistados hasta sus muertes en 1970 y 1971 respectivamente.
