Ante la proximidad de la renovación del Comité Directivo Estatal del PRI en el mes de abril, los aspirantes a suceder a Lilian Zepahua, han empezado a moverse.
Hoy, sin Poder Ejecutivo estatal ni nacional que marquen líneas, como sucedía cuando había gobernador y Presidente de la República priistas en turno, de quienes se esperaban las señales de arranque, los interesados se mueven aparentemente solos.
Decimos “aparentemente” porque se sabe que estos traen detrás de sí grupos de poder que buscan hacerse del control de partido a través de sus alfiles.
Incluso, no es de extrañarse, que manos ajenas al partido, vamos, de otras fuerzas políticas, intenten meter entre los aspirantes a gente que pueda ayudarlos a favorecer futuros proyectos político-electorales-familiares.
El PRI en Veracruz es en este momento un partido sin fuerza, derrotado en la urnas en el pasado proceso y con un estigma de desprestigio del que le costará mucho trabajo desprenderse.
La elección de su próximo dirigente estatal debería ser, en teoría, un proceso terso, sin divisiones, de unidad para no alejar más a su militancia, y atraer simpatizantes que aún crean en estas siglas.
Pero…las cosas no marchan así cuando se observa ya fuego amigo entre quienes buscarán la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI.
Por lo pronto, a Marlon Ramírez Marín, quien días atrás pidió licencia a la Regiduría Décimo Primera del Ayuntamiento de Veracruz para estar listo cuando llegue el proceso, le salió un frente opositor interno.
No lo invitaron a una reunión realizada hace una semana en un café de Xalapa, integrada por algunos que, como él, aspiran también al liderazgo de su partido.
Se sabe que entre ellos estuvo Antonio Benítez Lucho, Guadalupe Porras, Adolfo Ramírez Arana, Silvia Domínguez, Carlos Aceves, quienes se pronunciaron en contra de que el partido vaya a realizar imposiciones.
Dicen los enterados que este grupo es impulsado por el exgobernador Fidel Herrera Beltrán, con todo y su convalecencia.
Y que la oposición a que Marlon Ramírez Marín pueda ser favorecido por un dedazo es que al edil se le saben cercanías, coqueteos con gente del Partido Acción Nacional, concretamente con los Yunes azules.
Comentan que en palacio municipal de Veracruz la relación del regidor priista con el alcalde panista Fernando Yunes es como de miel sobre hojuelas, de abrazo prolongado y efusivo cada vez que se reúnen en las sesiones del Cabildo.
Y que más que oposición, Marlon se comporta como si fuera del mismo partido que el del alcalde.
Cuentan también la escena cuando pocos días después de que las cabezas de la agrupación política Vía Veracruzana (Amadeo Flores Espinosa y Mario Tejeda Tejeda) renunciaron al PRI para sumarse a la campaña del candidato albiazul a la gubernatura, Miguel Angel Yunes Márquez, a Marlon Ramírez se le encontró reunido en el privado del restaurante El Estribo, frente al zócalo de Veracruz, con Tejeda Tejeda.
Al grado que ante los cuestionamientos de los colegas de la prensa sobre si ese encuentro no era una intento de convencimiento para que el regidor también dejara al PRI y se fuera en apoyo de los azules, Mario Tejeda prácticamente puso pies de por medio, en tanto el edil solo respondió que Mario era su amigo.
Por ello, se oyen versiones, de que entre las aspiraciones para dirigir al PRI estatal, puede haber un Caballo de Troya.
Mientras tanto, en la espera de la convocatoria, empiezan a manejarse otros nombres, como el alemanista Alejandro Montano Guzmán, y el líder de la Liga de Comunidades Agrarias, el diputado local Juan Carlos Molina Palacios, quien extrañamente renunció a la bancada tricolor en la Legislatura, pero quiere encabezar los destinos de este partido ¿what?
MARATONISTA
Al alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez parecen no importarle gran cosa las críticas a su estilo de vida ostentoso, mientras la ciudad que gobierna enfrenta infinidad de carencias, y apenas días atrás el estado se vio envuelto en una ola de actos de inseguridad.
Ahora fue exhibido en las redes sociales con su participación en la maratón de Nueva York, en una fotografía en la que sonríe despreocupado, feliz, mordiendo -como los campeones- la medalla a la que se hizo acreedor.
Apenas a inicios de febrero pasado fue exhibido también dándose la vida con amigos en el Super Bowl de Atlanta. Entonces mandó a justificar que había acudido a promocionar Veracruz.
Esta vez ¿otra promoción?
Al presidente porteño le queda bien la conseja popular que raza “Ves temblar y no te hincas”.
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