Basada en la novela del mismo nombre de Romy Hausmann, “Mi querida niña” es una serie de seis episodios que llega desde Alemania a Netflix para demostrar que los buenos thrillers de suspenso aún tienen espacio en un tiempo donde las creaciones originales están escasas.
Esta miniserie de drama y suspenso, gira en torno a la historia de Lena, quien vive en completo aislamiento con dos niños, Hannah y Jonathan, en una casa de máxima seguridad. Ellos comen, van al baño y se acuestan a las horas indicadas por quien los tienen ahí. Apenas entra un hombre en la habitación, todos se ponen en fila y le muestran las manos. Hacen todo lo que él les ordena. Hasta que la joven halla la manera de escapar, pero sufre un accidente casi fatal y termina en el hospital acompañada de Hannah. Pero el verdadero alcance de esta pesadilla se deja ver cuando llegan los padres de Lena al hospital esa misma noche. La han buscado desesperados durante casi trece años, pero ella no es quien dice ser.
LO BUENO: Casi durante los seis episodios vamos a dudar de todos, ya que la manera en que el guión está desarrollado, nos permite sacar conclusiones que a veces son fallidas; la interpretación de los actores es el soporte para hacer de esta propuesta algo muy atractivo, pero sin duda el cast infantil es quien destaca.
LO MALO: El final no logra dar una enorme sorpresa al descubrir la identidad de la persona que mantuvo secuestrada a esta chica y de la que no fue la única (se podría decir que le faltó mayor fuerza argumental), por lo que el camino de venganza tendrá lugar dentro del último episodio que a la vez se siente muy acelerado para brindarnos la conclusión.