Las comedias gringas absurdas son el pan nuestro de cada día, y de unos años para acá Robert De Niro se ha convertido en el protagonista de la mayoría de ellas, sumando con ello a diversos momentos bochornosos que además de ser incómodos, por alguna extraña razón, son del agrado del público, y “Mi papa es un peligro” resulta un claro ejemplo de una comedia que nos recuerda a muchas otras en donde tenemos caras conocidas y muchos personajes secundarios de adorno, que cumple con entretener pero está lejos de ser memorable.
Sebastian le dice a su padre Salvo, un inmigrante italiano chapado a la antigua, que tiene intención de pedirle matrimonio a su novia estadounidense, Ellie. Pero antes de dar su visto bueno, Salvo insiste en pasar un fin de semana con los padres de ella. El choque cultural entre ambas familias es sencillamente inevitable, ya que ella viene de un linaje de gente de mucho dinero, y en cambio él es de los que ha ido construyendo su sueño con esfuerzo y dedicación.
Desgraciadamente este tipo de películas son copia calca de lo que ya vimos de los últimos años a la fecha, y es que pese a tener en su cast al propio De Niro, y que cuenta con la presencia de Sebastian Maniscalco como su hijo, quien en realidad tiene buen carisma para hacernos pasar algunos momentos divertidos; Leslie Bibb, quien es la novia y Kim Cattrall como la madre de esta, son los que finalmente caen en el centro de atención gracias a las ocurrencias y situaciones que viven en esa eterna competencia entre familias durante el tiempo en que el novio tiene deseo de pedir la mano de la chica, ya que de ahí en fuera como tal la historia no ofrece nada nuevo y poco es lo que nos hace reír, dejando en el aire la posibilidad de una segunda entrega que ahora se enfocaría a los preparativos de la boda.