Cuando algo es gratuito llama nuestra atención de inmediato. Es un recurso publicitario que engancha a compradores en potencia, en mil formas distintas. Puede que implique que antes compremos algo que no necesitamos para tener a cambio algo “gratis”. La sola presencia de la palabra detona algo en nuestro espíritu de consumo.
Qué mejor cuando se trata de apps gratuitas que nos ayudarán a pasar un buen rato. Hablemos de esos juegos gratuitos que encontramos incluso en las tiendas oficiales de iOS y Android, y que la gran mayoría hemos instalado por cualquier motivo. Claro, nos ayudan a pasar el rato, a esperar en momentos que no tenemos más qué hacer, parece justo, sobre todo cuando descubrimos que tienen anuncios publicitarios, o que para avanzar nos piden realizar microtransacciones.
Nos cobran para obtener ventajas, sin las cuales no podríamos pasar de cierto nivel. Algunos decidirán gastarlo, otros, pasarán de largo y desinstalarán el programa. Pero detrás de estos juegos sin pago, hay un riesgo latente que debemos considerar.
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No deberíamos seguirlos instalando en equipos en los que tenemos apps con datos bancarios, conversaciones privadas, el correo electrónico del trabajo y un montón de cosas que queremos mantener para nosotros como imágenes y videos.
El peligro comienza cuando debemos dar acceso a las aplicaciones gratuitas a nuestra información, en ocasiones listas de contactos, cámara, pantalla, entre otras funciones.
Una vez lo hacemos, corremos el gran riesgo de que programas malware entren a nuestro equipo, para recopilar información, que puede ser sensible y que quedará en manos de los desarrolladores, nadie nos asegura que con buenas intenciones.
El New York Times publicó en 2017 el descubrimiento de un software llamado Alphonso en los juegos gratuitos de algunas apps tanto de la Play Store como de la Apple Store. Este programa malicioso, se encargaba de grabar y decodificar información de los usuarios mediante el micrófono de los dispositivos.
Podía, por ejemplo, identificar un comercial que veías en la televisión para después mostrarte anuncios en tu smartphone, sobre el mismo previendo que considerabas comprarlo.