Las oportunidades de ocupación rentable exige el aval de preparación profesional, experiencia, capacidad probada; sin embargo conocimos el caso de Joel Rodríguez Santos, originario de la Ciudad de México quien desde niño se incorporó con su padre a la pepena.
A los 13 años llegó a Veracruz y sostuvo la misma actividad, de la cual obtiene ingresos que le garantizan techo, comida y vestido. Se declara feliz, sin lujos pero en paz.
Este señor llama la atención de los caminantes madrugadores que frecuentan el área de influencia del Estadio de Futbol del Fraccionamiento Virginia al verlo transitar, en ocasiones acompañado de su esposa empujando triciclo repleto de bolsas de basura, lo cual motivó el interés de conocer en detalle el ejercicio de la pepena y siguientes pasos del proceso.
Clasificación del material
La segunda etapa de la jornada diaria de un pepenador corresponde a la clasificación del material reunido, destaca el cartón, latas de cerveza o refrescos, botellas de plástico preferentemente transparentes, para concluir con entregas al acaparador que puede cambiar de la noche a la mañana los precios de desechos sólidos. Por ejemplo, explicó Rodríguez Santos a reporteros de El Dictamen, caso del cartón es pagado a $ .50 el kilogramo cuando pocos meses atrás su valor fue 4 veces mayor.
La palabra del dueño del negocio es inapelable, “Lo tomas o lo dejas”, es la clásica respuesta.
36 años de pepenar basura en la calle, ejemplo para quienes se quejan de falta de trabajo lícito
Mensaje motivacional
De pocas palabras el entrevistado; sin embargo quiso compartir experiencias que sirvan para reflexionar sobre la realidad que nos toca vivir. En todos los casos, salvo excepciones, el alcance de metas implica sacrificar muchos gustos, por el contrario, su rutina de pepenador le impone un marco de conducta que comprende levantarse a las 4 de la madrugada, ir delante del carro recolector de basura. Lo hace sin importar el clima, viento violento, frío, vamos hasta con lluvia.
Por esa razón, en ocasiones encuentra personas sin discapacidad física, aptos para trabajar pidiendo monedas en los cruceros o armando trampas para defraudar a la gente.
Les habla de su ejemplo de pobreza, sí, pero cubre una tarea, como muchas otras que permiten cubrir necesidades básicas y, lo mejor transitar sin sobresaltos tiene el privilegio de, “dormir a pierna suelta”. No esperemos que todo nos llegue “peladito y en la boca”, es cierto conocemos grandes fortunas que en corto tiempo dilapidaron sus herederos y luego la frustración suele llevarlos al extremo del suicidio, concluyó.
Por: Mario Vázquez
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